13 jun 2007

Una carrera desesperada

Análisis político, elecciones porteñas 2007.

Siempre se viven las mismas sensaciones frente a cada campaña política. Las ilusiones de cambio son recuerdos que quedan en esos imponentes palcos que, en cada elección, son protagonistas vestidos de gala.
La desesperada carrera por un puesto en lo que sea provoca hechos cómicos y hasta vergonzosos. Se ponen en marcha las oportunidades para todos los deseosos de aspirar a un escaño político como: legislador, diputado, senador, intendente, gobernador y porque no, presidente.
La cuestión fundamental es que para llegar a cualquiera de los puestos hay que convencer a la población de que son los más capacitados para lograrlo, pero la sociedad solo experimenta sentimientos de desilusión y resignación. De quien es la culpa de las impresiones que nos dejan en cada nueva elección no se puede precisar, habría que retroceder en el tiempo para saber si en algún momento alguien cumplió por lo menos el 20 % de las innumerables ideas magistrales.
Dieciocho partidos políticos, caras frescas y sonrientes, con largas listas e incumplibles promesas, los porteños están culminando la campaña política que definirá el domingo 3 de junio quien será el nuevo -o el reelecto- jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Algunos populares y otros no tanto, pero todos luchan por esa banca, y a la hora de la lucha todo vale.
Las elecciones porteñas tienen en el umbral a tres candidatos bastante diferentes. La Capital Federal esta en la confusa y difícil tarea de elegir un jefe de gobierno porteño lo mas coherente posible. Las ofertas son variadas y tenemos para todos los gustos, y sobre gustos… no hay ley, ni distinción.
La ambición de los aspirantes hace retomar las promesas de siempre que, al término de el acto más solemne, la votación, quedaran igual que los escenarios, guardadas hasta un nuevo encuentro. Entonces:
¿Porque no creemos más? Por que no hay hechos que muestren lo contrario.
¿Por qué nos producen desconcierto? Porque los que ayer se odiaron, hoy son aliados.
¿Por que nos producen resignación? Porque esto se repite desde hace décadas y en todos los puntos cardinales del país.
¿Por qué elegimos el menos peor? Por que no creemos en ninguno.
¿Por que no creemos en ninguno? Por que estamos inmersos en un circulo viciosos, que con caras diferentes el final del cuento ya lo conocemos todos.
C.P.R.

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